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domingo, 17 de agosto de 2014

El azucar engorda?

Por muchos años esta pregunta ha sido respondida con un sí, pero nuevos estudios indican que esto no es del todo cierto.

Una investigación realizada por las doctoras Carmen Gómez Candela y Samara Palma Milla de la Unidad de Nutrición Clínica y Dietética del Hospital Universitario La Paz de Madrid ha develado las verdades y mitos sobre el azúcar y su relación con la obesidad, la salud y el ejercicio.

En el "Libro Blanco del Azúcar" se han recogido los resultados expuestos por estas doctoras que presentan el lado "dulce" de la ingesta de azucaradas comidas.

¿El azúcar engorda?

En el capítulo 11, llamado "Obesidad y azúcar: aliados o enemigos" se enfatiza en que a diferencia de lo que ocurre con la ingesta de grasa para la que se ha demostrado una fuerte correlación entre su consumo excesivo y el riesgo de sufrir de sobrepeso; la relación de comer alimentos que contengan azúcar y el incremento del peso corporal no es tan evidente.

Una de las afirmaciones con la que sustentan esto es que los azúcares, además del sabor dulce, añaden una amplia variedad de cualidades favorables a los alimentos, como su acción antimicrobiana, el gusto, aroma y textura, así como la viscosidad y consistencia, las cuales son generadoras de saciedad, lo que evita que se coma de más.

También aseguran que está en duda que las comidas dulces se conviertan en grasa porque para el cuerpo es energéticamente muy costoso y es difícil aumentar la masa grasa mediante un consumo excesivo de hidratos de carbono, es decir de azúcar.

Vale la pena tomar en cuenta sus apuntes sobre el empleo de endulzantes sin calorías como sustitutos de todo o parte del contenido en azúcares de las comidas y bebidas, lo cual ha tenido su máxima expansión en los últimos 35 años. En su libro, las profesionales de la salud indican que sustituir el azúcar por edulcorantes artificiales intensos, representa un ahorro calórico poco significativo, respecto al total de calorías diarias, y puede generar una falsa tranquilidad que favorezca la adopción de comportamientos contraproducentes, como consumir en exceso estos productos "bajos en calorías" y otros alimentos con un elevado aporte de grasa.

Señalan como un ejemplo de esto que a través de diversos estudios realizados en países como Australia y Reino Unido, se ha observado que cómo a pesar de haber un aumento del consumo de bebidas con 0% de calorías, con endulzantes artificiales, en detrimento de las azucaradas; no ha disminuido la incidencia ni prevalencia de la obesidad. En el libro a esto se le llama "paradoja australiana" y es uno de los puntos con los que defienden que no existe relación entre el consumo de azúcares y la aparición del sobrepeso en la población, sino que hay muchos otros factores que inciden en el aumento de peso como el sedentarismo.


Se podría decir que por sí sola la ingesta de azúcar no engorda, pero sí los alimentos dulces industrializados ricos en grasa y con una gran carga calórica.

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