Para deportistas aficionados (no profesionales) que realizan
práctica deportiva de forma regular y moderada, con una alimentación completa y
saludable, todas sus RDA (Recomendaciones Dietéticas Aconsejadas) quedan
cubiertas. Si bien es cierto que al realizar ejercicio físico las necesidades
energéticas en primer término están aumentadas, el propio organismo las
regulará con la sensación de hambre/saciedad.
Además, en muchos casos, la práctica del ejercicio es un
consejo o recomendación sanitaria para colaborar en el plan de reducción de
peso junto con una dieta personalizada e hipocalórica.
No obstante, es aconsejable, tanto para la salud general
como para el rendimiento deportivo en particular del deportista aficionado, que
las grasas no superen el 30-33% del total calórico, dando una clara prioridad a
los hidratos de carbono: sencillos o simples si estamos llegando a la fatiga, y
complejos en nuestra alimentación diaria antes, durante y después de nuestros
entrenamientos y sesiones.
Lo más acertado es tomar una cantidad de proteínas ajustada
a nuestro peso y las características del deporte que practicamos. Sí es cierto
que algunos ejercicios incrementan estas necesidades, pero la toma
indiscriminada de suplementos proteicos, no está recomendada en ningún caso.
Además, a no ser que se padezca un déficit específico de
algún nutriente, la suplementación vitamínica o mineral tampoco está indicada y
no es necesaria, ya que no mejora el rendimiento y una dieta variada y adaptada
es capaz de cubrir todas las necesidades, resultando más fisiológica, sensata
y, desde luego, más barata.
0 comentarios:
Publicar un comentario